Entrevista con Jorge Magaña, director de Short Shorts Film Festival



La difusión del cortometraje en México parecía andar sin rumbo fijo durante varias décadas, este género cinematográfico, a veces desdichado por cineastas y actores, se ha convertido a lo largo del tiempo en el mejor ejercicio para demostrar que con pocos medios y un gran equipo pueden obtenerse historias inigualables, sin desarrollar o abundar demasiado en lo que concierne a una historia larga o elaborada, su fin es cautivar la atención del público con tan sólo unos minutos.
Short Shorts Film Festival nació como un espacio único en su especie, pues después de varios intentos fallidos para posicionar el cortometraje en el país, llegó un certamen consolidado y comprometido con el séptimo arte, para así lograr en cada edición, unir el cine con el espectador. El compromiso por parte de su director Jorge Magaña es seguir luchando a base de empujones en cada nueva etapa, y con el equipo que concierne a cada festival, el éxito obtenido se suma a la diversidad de la cultura en toda la república.
A unos días de haber iniciado el festival de cortometrajes, les presentamos una entrevista con el director Jorge Magaña, donde puntualizó las dificultades a las que se suele enfrentar cualquier tipo de certamen cinematográfico o cultural en el país, así como el gran problema que habita en el celuloide: la individualidad en el medio.
¿Cómo les ha ido en general con el festival y la respuesta del público?
Jorge Magaña: Ha sido muy buena la reacción desde la inauguración, muchas salas llenas en casi todas las sedes, la aceptación de los concursantes en especial, muchos invitan a sus amigos y lo mejor es que el público se va acercando más al festival cada año, estamos muy satisfechos, seguimos difundiéndolo como cada año, las funciones que hemos hecho en Coyoacán al aire libre han tenido buena convocatoria ,en parte al apoyo brindado por la Secretaria de Cultura del Gobierno del Distrito Federal, tenemos excelentes homenajes como el de Ana Ofelia Murguía, tenemos una retrospectiva de Julián Hernández y Roberto Fiesco, y el viernes culminamos con la ceremonia de clausura.
¿Van a llevar el festival a otros estados e la República?
Jorge Magaña: Tenemos pensado como cada año hacer una gira nacional, es ir en noviembre a Guadalajara, Toluca, Puebla, en Los Cabos, y estamos programando ir a más ciudades.


Nos podría contar, ¿Cómo fue que nació la idea para fundar el Short Shorts Film Festival?
Una amiga y yo fuimos a Japón, me invitaron como jurado en el festival homónimo en Tokio, y se nos ocurrió hacer un festival parecido, nos gustó mucho la modalidad y platicábamos que en nuestro país no había un lugar brindado específicamente a los cortos, siempre nos llamó la atención, inclusive porque el largometraje siempre causa furor, hubo otros festivales que hicieron el intento, pero buscamos un escaparate en la Ciudad de México.
Ahora al llegar a la sexta edición ¿Qué es lo más difícil y lo más gratificante para ustedes cuando toca la hora de preparar el festival?
Lo más difícil es conseguir los recursos, que la gente te apoye, conseguir dinero, pagar copias, envíos, voluntarios, sueldos, sedes, comida, equipo técnico, entonces, conseguir eso es complejo, hay pocas instancias que te apoyan, hay pocas instancias publicas y pues no es su prioridad, pero seguimos luchando y la parte satisfactoria es crear este espacio para que la gente pueda conocer los cortometrajes nacionales y extranjeros, y lo elemental es cuando observamos su reconocimiento.
Cada año hay mayor interés con los patrocinadores, se van integrando algunos, aunque te diré que el festival no nos da de comer como tal, tenemos que buscar otros proyectos, no subsistimos del festival, tenemos más trabajos, Short Shorts Film no es lucrativo es algo más altruista, tenemos que seguir buscando otras vías.
¿Y qué tal es el apoyo que otorga el Gobierno? ¿Es muy difícil invertir en cultura en este país?
Siempre ha habido disposición tanto federal y estatal, tenemos apoyo económico de la Secretaria de Cultura del Distrito Federal, aunque nos designan muy poco capital sabemos que tienen otros sectores y eventos que tiene que apoyar, es difícil darle a todo mundo, son muchas cuestiones de ver a quien se le dan los recursos, y bueno, tienen la buena voluntad de apoyar, pero creo que no es suficiente, la burocracia y el papeleo siempre serán una limitante, otra opción sería que nos ayuden a buscar recursos, sabemos que a veces usan esos recursos para otros fines que no conllevan a nada, a veces gastan en otras cosas innecesarias, y pues aquí seguimos, sólo queremos que apoyen dando otras alternativas de financiamiento, somos el único festival del país que se dedica exclusivamente al cortometraje y se debe de valorar.
¿Cree que el cortometraje a veces es despreciado por los cineastas y el público en general?
En un principio los cineastas buscaban el cortometraje como ejercicio académico, como si fuera la única función, pero hay otros que lo han buscado para seguir vigentes, experimentar, salir de los limites comerciales, en la comunidad existe una apatía inmensa, los que hacen largos no van a ver largos, todo es muy individualista, como si tu producto fuera lo único importante, los cineastas no van a apoyar a sus compañeros, hacen exclusiones, las escuelas de cine no se nutren de muchos festivales, no se dan una oportunidad de ver más allá, es una oportunidad para explorar, es muy importante como la lectura, nos permite visualizar otras culturas, otras tendencias, otras maneras de pensar, algunos cineastas pelean mucho por su película y pocas veces los veo apoyándose entre sí, es lamentable.
Pero el gran valor que han tenido con cada edición es que el corto ganador vaya a competir a Japón y de ahí cabe la posibilidad de llegar al Oscar.
Exactamente, en primer lugar hay una representación mexicana en Tokio, evitamos estas cuestiones de los filtros y a ver si la película la eligen dentro de una selección, pero ahora, si gana puede llegar al Oscar, es un festival avalado por la Academia y tiene todos los reflectores para muchas otras cosas, pero tal vez lo más gratificante es que tanto el cortometraje como el cineasta podrán tener la experiencia de ir a otro continente, es bastante bueno el premio, aunque la ganancia es la difusión del cortometraje, no en el sentido de la escuela, familiar o de amigos, sino para compartirlo con toda la gente.
De hecho la primera condición que pusimos cuando hicimos el festival homónimo en la Ciudad de México, fue que el ganador fuera a competir directamente a Japón, para que tuviera ese plus, sino hubiéramos puesto otro nombre al festival.
¿Y cuál es la gran diferencia que ha encontrado entre los cortos nacionales y extranjeros?
Recibimos más de 600 cortometrajes este año, y se quedaron sólo el 10 por ciento, es muy subjetiva la selección y tuvimos muchos cuestionamientos, los que están en la selección son los más representativos, no nos basamos con el financiamiento o por que tengan actores muy conocidos, nos enfocamos en que el corto tuviera algo que aportar.
La principal dificultad es la manufactura, algunas cuestiones religiosas, las creencias, algunos cortos que participan tocan temas muy universales, el amor, desamor, la comedia, cosas que todo el mundo puede apreciar, pero también hay unos muy locales, que no todo el mundo puede entender, las características esenciales es que son muy frescos, con propuestas innovadoras.
Hay cierta polémica por el jurado designado, ¿me podría abundar sobre los parámetros en que seleccionaron a los integrantes?
Lo que buscamos con el jurado fue que todos estuvieran involucrados con el cortometraje, que hayan participado, que hayan visto, y lo que sigue es la cuestión que estén en el cine, nunca vamos a poner a un actor que nunca haya estado en un corto, y todos los demás son gente de producción, es gente que está en el medio, algunos críticos, todos tienen la habilidad para ser parte del jurado.
¿Y en el caso de Lino Nava?
En el caso de Lino Nava, déjame decirte que es el más agradecido de todos, es el más participativo, es líder de opinión, y muy participativo en las redes sociales, él ha hecho muchas cosas en cine, conoce a muchos directores de cortos, si hubiera sido no sé, Aida Cuevas, pues es muy guapa, canta muy bien, pero ¿Que tiene que ver con el cine? Y Lino es más músico pero está muy bien involucrado, ha hecho casi de todo, es una muy buena experiencia trabajar con él, pero falta ver con sus compañeros de jurado como se ponen de acuerdo.
La mayoría del jurado está muy interesado, aprecian el esfuerzo y a lo mejor otros actores no le hubieran dado la importancia por no ser de los grandes festivales, porque lo único que buscan es un escaparate de imagen, los que están participando es por el amor al cine.

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