Por
Adriana Rojas
El
Festival Internacional de Cine de Morelia, se engalanó con dos grandes del cine
mundial. Por un lado, Nick Roddick, crítico cinematográfico y por el otro,
Sally Potter, destacada directora británica, reconocida por su versatilidad y
la diversidad de sus propuestas visuales.
En
una plática, Sally compartió, cómo su formación de bailarina fue esencial para
su evolución como directora ya que concibe el espacio escénico cinematográfico
como un símil al espacio dancístico, donde cada movimiento de cámara es parte
de una coreografía, inclusive aquellas decisiones previas al rodaje, como la
decisión del casting actoral.
La
cinta que se presentó ayer, es la más reciente de Sally, su título: Ginge &
Rose. En un contexto de revueltas ideológicas y políticas por la reciente
explosión de las bombas en Hiroshima y Nagasaki, Ginger y Rosa son dos jóvenes
recién entradas a la adolescencia.
Ambas
han compartido una estrecha amistad desde pequeñas hasta que comienzan a tomar
decisiones que las llevan por caminos separados. Definitivamente, el FICM se
cubre de honores con la presencia de esta talentosa artista y con la
proyección de parte de su legado.