Nos encontramos en pleno siglo XXI ante una herramienta que despierta un gran interés, el fútbol. A lo largo de la historia nos damos cuenta de que los distintos grandes acontecimientos que han hido surgiendo, han sido utilizados bien o mal teniendo consecuencias importantes en la sociedad.

Hoy en día hemos creado un gran trecho que separa al fútbol de todo lo que se le pueda parecer en si, al deporte del balón que rueda, gira y se pasea por las redes, al deporte de conjunto que mueve mas aficionados que ningún otro deporte en el mundo, al del escudo que se defiende mas allá de la tribuna y el terreno de juego, al de los colores que pintan los rostros de pasión de todos y cada uno de los aficionados. A ese bello deporte que tanto extraño y que estoy seguro muchos de nosotros también anhelamos vuelva a los estadios y pantallas de cada rincón dónde se pueda jugar, ver y disfrutar.

Nos alcanzó y rebasó el tema "marketing" hoy en día se ven mas futbolistas en redes sociales que en lugares deportivos, se ve hacer comerciales al de moda y al que todos queremos ver, no sabemos cuanto les vaya a durar pero la carrera del futbolista es efímera, fugaz y poca duradera, cuando terminas sientes que te falto un poco mas y como me lo dijo un buen entrenador "Luis, es fecha que después de 8 aňos de retirado sigo disfrutando ponerme mis zapatos de fútbol como la primera vez que jugué".

Nos quitaron y vendieron un fútbol poco atractivo la mayoría de las veces, separaron ese espectáculo y todo lo resumieron a un resultado, nuestro equipo gana y son los mejores y cuando pierden claro y efectivamente son los peores, esto llegó a invadir nuestra visión sobre el fútbol, sobre el querer asistir a un estadio y no pensar tanto en lo que vamos a gastar, sino en la satisfacción que nos va a dar el ver a nuestro equipo sudar, de escuchar a nuestra barra brincar y todo el partido alentar, de saber que a los futbolistas no les importa si se van a despeinar, estar seguros que vida, alma y algo mas que piernas van a entregar.

Te soy sincero...
Quisiera aveces ver a un Miguel Espaňa en media cancha poniendo piernas, garra, coraje y sudor, un Garcia Azpe que con cada gol su garganta secaba y su playera de la pasión casi arrancaba, un Guillermo Franco que ensangrentado de la cara la pelota al arco empujaba, quisiera ver aquellos caballeros del balompie que nunca al contrario ni al árbitro engañaban, aquellos que se dejaban la piel y con algo mas que uñas por su equipo peleaban. También entiendo que hemos avanzado en muchos aspectos pero también considero que existen cosas que se deberían mantener, que no por el echo de querer hacerlo atractivo hagamos una fiesta para atraer gente. El fútbol es sencillo y nosotros lo hemos pervertido tanto que aveces de lo último que hablamos es del tema del balón.

Olvidemos por un tiempo los sueldos millonarios, dijo un entrenador que admiro mucho "si el futbolista jugara como cobra, no habría tanto problema" y es una realidad pero es algo que nosotros ni ellos lo pusimos, es algo que tal vez valen o merecen, no creo que exista un jugador que con alevosía y ventaja cobre y aún así no quiera rendir a su máximo nivel.

Pidamos mejor porque vuelva ese amor a la camiseta, a los colores y al club, hacen falta jugadores enamorados y menos interesados, hacen falta mas guerreros y menos estrellas fugaces, mas jugadores estandartes y compenetrados con la afición, mas tipos enamorados de su profesión, mas profesionales dentro y fuera de la cancha y no solo porque lo dicte un carnet, pidamos también porque vuelva la lealtad al juego, porque los estadios se llenen y no sea necesario regalar boletos, porque el espectáculo sea el que dura 90 minutos y no el del medio tiempo, pidamos porque regrese aquel fútbol que por muy jóvenes que seamos saben perfectamente a que me refiero.

Luis Pizaña.
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